Se deslizaron cuando la puerta corrediza se cerraba. Justo a tiempo para que ésta no les atrapara como un cepo para ratas. Dentro del ascensor había un único pasajero que dejó de aflojarse la corbata y secarse el sudor cuando vio a sus dos repentinos acompañantes de viaje. Había sido un duro día de trabajo para el candidato autonómico del Partido de los socios Listos. Y eso era mucho decir para alguien que no recordaba la última vez que había perdonado una comida de mesa y mantel acompañada de siesta para tener que conformarse con un insípido bocadillo frío. Los dos extraños se quedaron mirándole a la cara en silencio mientras uno de ellos sacó un móvil del bolsillo y comenzó a grabar. El otro empezó a hacer preguntas.
El político se puso a la defensiva. ‘¿De qué medio eres?’ Les preguntó. ‘No se preocupe, somos prensa independiente’ contestó el más alto de una forma nada tranquilizadora. El más bajo siguió haciendo las preguntas que llevaba apuntadas en una arrugada hoja de libreta. Eran cuestiones sobre las contradicciones del programa electoral del candidato a presidente autonómico. Pero no obtuvo respuesta alguna.
Solo eran cuatro pisos lo que le separaban de la planta baja de la sede central del Partido de los Socios Listos pero el candidato ya estaba frenético antes de que se abrieran las puertas. Salió disparado en busca del guarda de seguridad pero éste había salido a por la cena. Se alegró al encontrar a cuatro voluntarios que todavía se afanaban por preparar algunas pancartas y material propagandístico para el día siguiente. El candidato corrió hacia ellos y señaló con el dedo al tipo alto y al gordito bajito que seguían grabándole desde cierta distancia. Los voluntarios se interpusieron entre el político y los extraños y les invitaron a marcharse anunciándoles que habían llamado a la policía. ‘¿Es ésa la imagen que quiere dar? ¿La de un político que expulsa de su sede a los ciudadanos que le hacen preguntas?’ dijo el barbudo y alto desconocido que no dejaba de grabar.
Un voluntario-meritorio le cogió por el brazo y le llevó hasta la calle. ‘Este es un local privado, pero la calle es de todos’, le dijo al soltarle junto a una parada de taxis. El candidato pidió uno pero que llegara a la parte trasera del edificio. Los dos extraños personajes se quedaron fuera en silencio grabando un par de minutos más antes de marcharse.
A la película le faltaban un par de escenas más que se grabaron la noche de las elecciones. Como epílogo había una escena de varios bancos que grabaron con el móvil oculto en un bolso tras pasar por varias sucursales en las que pidieron créditos sin avales. La escena final de los empresarios corruptos la grabaron delante del balcón del ayuntamiento y la interpretaron tres amigos de Freddy que hacían monólogos en el circuito de café teatro.
…
La plaza principal de la ciudad vio florecer esa primavera diversas tiendas de campaña que ocuparon la zona central. Los ‘indignados’ por la crisis financiera y la corrupción política empezaron a consolidarse como una crítica social masiva, horizontal y de abajo hacia arriba. En el sentido contrario al que un gobernante le agrada que sucedan las cosas. En un puesto improvisado se vendían camisetas con eslóganes que llamaban a la protesta ciudadana. Una de las camisetas tenía la foto de Germán espachurrado en el suelo bajo el peso de un fornido escolta. Arriba se podía leer: Cambiemos de postura.
En su primer día a la venta se vendieron, o se apuntaron a una lista de espera, casi 300 unidades.